Hoy en día, las pequeñas y medianas empresas se enfrentan al dilema de decidir cómo invertir en un Software ERP para obtener el mejor rendimiento. Las operaciones están respaldadas por procesos manuales, hojas de cálculo o sistemas administrativos aislados, y muchas veces las decisiones están basadas en presentimientos más que en información real y datos oportunos.
Estos métodos pueden ser efectivos en un inicio, pero menospreciar la inversión en herramientas de negocio integrales, como un Software ERP (Planeador de Recursos Empresariales), puede afectar el crecimiento y la rentabilidad continua creyendo que un Software ERP está fuera de su alcance. En lugar de suponer que no pueden acceder a este tipo de sistemas, deberíamos preguntarnos ¿Nos podemos permitir no invertir en un ERP?
El ERP se convierte, en una herramienta indispensable para que una empresa sea verdaderamente competitiva en el mercado actual, en el que tiempo de respuesta y de toma de decisiones tiende a ser cada vez menor y donde no debe ni puede quedar margen para el error. Esto sin dejar de lado que sea una solución flexible que les permita innovar en sus procesos de negocio y adecuarse a las necesidades de la empresa.
La importancia de contar con información confiable, íntegra y oportuna para lograr los objetivos estratégicos de las organizaciones ya no es una opción, sino una obligación.
Si hoy en día su empresa opera sin una solución tecnológica, o cuenta con alguna, puede realizarse las siguientes preguntas:
- Los distintos departamentos de su organización colaboran efectivamente en la toma de decisiones basándose en datos confiables o destinan más tiempo en conciliar información?
- ¿Puede hacer el cierre de mes en menos de 3 o 4 días, generando todos los informes financieros para cumplir con sus requerimientos fiscales de manera efectiva?
- ¿Cuenta con una plataforma de tecnología que le permitirá soportar el cambio y crecimiento de su empresa?
- ¿Cuenta su empresa con una herramienta lo suficientemente flexible que permita ajustarse rápidamente a los cambios del mercado y entorno?
Si su respuesta fue “no” a alguna de las preguntas anteriores, entonces es mejor preguntarse: